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Cáncer de riñón: diagnóstico

¿Cómo se diagnostica el cáncer de riñón?

Para empezar con el diagnóstico de cáncer de riñón, el proveedor de atención médica le hará algunas preguntas. Le preguntará sobre su historia clínica, los síntomas, los factores de riesgo y los antecedentes familiares de la enfermedad.

También le hará una exploración física. Revisará si tiene fiebre y presión arterial alta. Es posible que el proveedor de atención médica le palpe el abdomen, los costados y la espalda en busca de bultos.

¿Qué pruebas podría necesitar?

Los síntomas del cáncer de riñón pueden deberse a otros problemas no tan graves. Es por eso que probablemente le hagan otras pruebas. A diferencia de la mayoría de los tipos de cáncer, el cáncer de riñón puede diagnosticarse a menudo sin una biopsia. La biopsia es una prueba que consiste en extirpar trozos pequeños de tejido que se analizan con un microscopio. En lugar de una biopsia, puede que le hagan una o más de las siguientes pruebas:

  • Análisis de orina

  • Análisis de sangre

  • Tomografía computarizada

  • Resonancia magnética

  • Ecografía

  • Pielografía intravenosa (PIV)

  • Angiografía

  • Aspiración o biopsia con aguja fina

Análisis de orina

Aproximadamente 2 de cada 5 personas con cáncer de riñón, en las que el cáncer invadió el sistema colector de los riñones, presentan sangre en la orina. Pero hay muchas afecciones que causan la presencia de sangre en la orina. Consulte con el proveedor de atención médica. La presencia de sangre en la orina puede detectarse mediante un análisis de orina. Para esta prueba, se analiza una muestra pequeña de orina en un laboratorio y se busca si tiene sangre. El proveedor de atención médica puede hacer un análisis de orina especial (citología de orina). Se hace para detectar células cancerosas en la orina.

Análisis de sangre

No existe un análisis de sangre que permita diagnosticar el cáncer de riñón. Pero con un hemograma completo (HC), un panel metabólico completo (CMP, por su sigla en inglés) de sangre y otras pruebas de la química de la sangre se pueden identificar signos que se asocian al cáncer de riñón. También se revisa el funcionamiento de los órganos. Por ejemplo:

  • Muy pocos glóbulos rojos. Esta afección se llama anemia. Es común en muchos tipos de cáncer.

  • Demasiados glóbulos rojos. Esta afección se llama eritrocitosis o policitemia. Algunos tipos de células cancerosas del riñón producen una hormona llamada eritropoyetina. Esta hormona hace que la médula ósea fabrique un exceso de glóbulos.

  • Un nivel alto de calcio en la sangre. Podría indicar que el cáncer empezó a afectar los huesos.

  • Lactato deshidrogenasa (LDH). Esta enzima aumenta cuando mueren células de crecimiento rápido, como las células cancerosas.

  • Un alto nivel de enzimas hepáticas. Esto puede ser un signo de que el cáncer se propagó al hígado.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Tomografía computarizada

En una tomografía computarizada se usan una serie de radiografías desde distintos ángulos y una computadora para tomar imágenes detalladas del interior del cuerpo. Con este estudio se puede confirmar el diagnóstico de cáncer de riñón. Durante la prueba, se acostará quieto en una camilla mientras esta se desliza dentro del tomógrafo. La tomografía computarizada no duele. Durante la exploración, pueden pedirle que contenga la respiración una o más veces.

En algunos casos, le pedirán que beba un medio de contraste unas 4 a 6 horas antes de la prueba. Pueden pedirle que no coma nada hasta hacer una segunda serie de imágenes. El contraste permite al proveedor de atención médica ver ciertas partes del cuerpo con más claridad. El medio de contraste pasa por el cuerpo y se elimina a través de la orina o de las evacuaciones intestinales. También es posible que le administren el contraste con una inyección en una vena. Cuando el medio de contraste se inyecta, es posible que sienta una sensación de calor desde el tórax hasta la ingle. Dígale al proveedor de atención médica si alguna vez tuvo una reacción a materiales de contraste. Entre las reacciones, se incluyen urticaria, dificultad para respirar o acalorarse de forma repentina. Pueden administrarle medicamentos especiales antes de la prueba para prevenir este tipo de reacciones.

Resonancia magnética

En la resonancia magnética se usan ondas de radio, imanes grandes y potentes y una computadora para generar imágenes detalladas del cuerpo. No se usan rayos X. En la resonancia magnética se puede ver si el cáncer creció hasta los vasos sanguíneos principales (como la vena renal y la vena cava inferior) o si se propagó a la columna vertebral o al cerebro.

Es posible que reciba contraste por vía intravenosa antes de la resonancia magnética. Durante la prueba, debe permanecer acostado en una camilla mientras esta se desliza dentro de un resonador. Si no soporta los espacios cerrados pequeños (tiene claustrofobia), es posible que le administren un sedante antes de la prueba. El resonador tarda de 2 a 15 minutos en crear la imagen. Quizás necesite más de una tanda de imágenes. La duración de la prueba puede ser de una hora o más. La resonancia magnética no duele. Pero es ruidosa. Puede traer auriculares y un reproductor de música o pedir tapones para los oídos.

Ecografía

En la ecografía se usan ondas sonoras de alta energía para generar una imagen en una pantalla de computadora. En la ecografía no se usan rayos X y no duele. Se coloca un gel sobre la piel de la parte baja de la espalda o en el abdomen. Luego, el técnico usa una varilla manual (llamada sonda o transductor) para presionar la piel por encima de los riñones. Esta prueba permite observar si un tumor del riñón es un saco lleno de líquido (quiste) o un tumor sólido. También se puede ver si hay sangre circulando en el tumor. Si se trata de un tumor sólido con circulación de la sangre, es más probable que sea cáncer.

Pielografía intravenosa (PIV)

Para esta prueba, se usa un medio de contraste especial (también llamado agente) y radiografías a fin de observar los riñones, los uréteres y la vejiga. Durante la prueba, el proveedor de atención médica inyecta el contraste en una vena. Se toman radiografías a medida que el medio de contraste pasa a través de las vías urinarias. Gracias al contraste, el proveedor de atención médica puede ver cambios anormales, tumores, cálculos renales o cualquier zona obstruida que pueda deberse a un cáncer de riñón. Con esta prueba también se puede revisar la circulación de la sangre a través de los riñones.

Angiografía

Esta prueba es muy parecida a una PIV. Se usan un medio de contraste y radiografías para observar los riñones. Esta prueba se suele hacer como parte de una tomografía computarizada o de una resonancia magnética para usar menos contraste (el exceso de contraste puede dañar la función renal). En la angiografía, el contraste se inyecta directamente en una arteria renal que va al riñón. De esta manera se pueden ver los vasos sanguíneos y el proveedor de atención médica puede saber cuáles envían sangre al tumor. También le permite al proveedor de atención médica determinar si el tumor se puede extirpar con cirugía.

Biopsia

Biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) o aguja gruesa

La biopsia es una prueba en la que se toman trozos pequeños de tejido del cuerpo. Después, se examina el tejido con un microscopio. No suelen hacerse biopsias para el cáncer de riñón. En la mayoría de los casos, las pruebas de diagnóstico por imágenes y la cirugía aportan toda la información necesaria para diagnosticar y tratar el cáncer. Pero, en algunos casos, podría hacerse una biopsia para confirmar el diagnóstico de cáncer de riñón. Con la biopsia, se puede obtener información para que el proveedor de atención médica decida el tratamiento más adecuado.

Durante la biopsia, se insensibiliza la piel. Se introduce una aguja fina a través de la piel para extraer líquido o trozos pequeños de tejido del riñón. Puede usarse una ecografía para guiar la aguja de la biopsia. El proveedor de atención médica envía la muestra a un especialista, llamado patólogo. El patólogo busca células anormales con un microscopio. Los resultados de la biopsia suelen tardar varios días. Es posible que el proveedor de atención médica pida análisis de laboratorio de biomarcadores en el tejido para verificar la presencia de proteínas específicas, de genes, de mutaciones y de otras características exclusivas del cáncer de riñón. Los resultados son útiles para elegir el tratamiento.

La diferencia entre una BAAF y una biopsia convencional puede ser sutil. La BAAF consiste en succionar (aspirar) una cantidad pequeña de tejido o líquido a través de una aguja, con una jeringa. La aguja que se usa para la BAAF es más fina que las que se usan para los análisis de sangre de rutina. La aguja que se usa en las biopsias con aguja gruesa es más grande que la de una BAAF. Permite extraer un cilindro pequeño de tejido.

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